El país caribeño se declaró en bancarrota hace cuatro meses. La inyección de dinero que viene tras el huracán podría revitalizar su economía.
EL ESPECTADOR

Al final del toque de queda que rige en Puerto Rico de seis de la tarde a seis de la mañana, el sol empezó a mostrar la medida de la devastación que dejó el huracán María. “Esto es devastación total”, le dijo a la agencia Efe un residente de la capital del país caribeño que ahora, además de estar en bancarrota desde mayo, tiene sin energía eléctrica a sus 3,5 millones de habitantes, 10.000 de ellos refugiados en albergues y al menos seis personas muertas por el paso del huracán, según lo dio a conocer medios locales.

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